La terapia de la visión en el hogar implica un conjunto de ejercicios diseñados para mejorar las habilidades visuales, como la coordinación ocular, el enfoque y el seguimiento. Estos ejercicios, que suelen recetar un optometrista o un terapeuta de la visión, están dirigidos a afecciones como la insuficiencia de convergencia, la ambliopía (ojo vago) y los trastornos del seguimiento ocular. Los ejercicios más comunes incluyen flexiones de lápiz, cuerdas de Brock y programas digitales que guían actividades estructuradas. La práctica diaria, generalmente de 15 a 30 minutos, ayuda a reentrenar los ojos y el cerebro para que trabajen juntos de manera más eficiente. En el caso de los niños, a menudo se requiere la supervisión de los padres y controles regulares para realizar un seguimiento del progreso y ajustar la terapia.